La jornada laboral de 40 horas es un estándar común en muchos países, y se refiere a la cantidad de tiempo que un colaborador debe trabajar durante una semana laboral normal. Sin embargo, puede haber cierta flexibilidad en cómo se distribuyen esas horas, y algunas empresas pueden tener políticas o acuerdos diferentes con sus empleados.
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Si tu empresa está considerando implementar una jornada laboral de 40 horas en vez de 45 horas semanales, hay varias maneras en que tanto la organización como sus colaboradores pueden anticiparse a este proyecto.
Esto incluye la automatización de tareas, la delegación de responsabilidades y el uso de herramientas tecnológicas para mejorar la productividad.
Muchas de estas medidas fueron masificadas por la pandemia de COVID-19 como la posibilidad de trabajar desde casa, los horarios flexibles y los distintos tipos de jornadas laborales. Otro beneficio puede ser incorporar la opción de tomar días libres no remunerados.
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La colaboración, el trabajo en equipo, la comunicación abierta, y equipos cohesionados, ayuda a contribuir en la eficiencia y en el rendimiento del trabajo.
Desarrollar programas de entrenamiento y desarrollo puede ser clave para mejorar las habilidades y conocimientos de los colaboradores, aumentando su productividad y su capacidad para manejar tareas complejas.
Eliminar las tareas innecesarias, hacer más efectivos los procesos e implementar prácticas que apunten a aumentar la eficiencia y reducir el tiempo de trabajo necesario para completar tareas específicas.
Existen muchas herramientas gratuitas o de bajo costo disponibles que pueden ayudarle a maximizar su eficiencia y a cumplir con sus tareas en un tiempo determinado.
Teniendo en cuenta estas sugerencias, tu empresa podrá prepararse y adaptarse a la jornada laboral de 40 horas.