Los chilenos no están felices. Eso es lo que el estudio "Felicidad Mundial 2022", realizado por la empresa Ipsos, nos indica con preocupantes porcentajes: el 46% de chilenos que se considera “No muy feliz” o “Nada feliz”. El promedio mundial fue de 36%. Y el factor más importante es la salud mental.
El informe es el resultado de encuestas hechas a más de 20.500 personas en 30 países del planeta, con el objetivo de medir la felicidad y saber qué es aquello que les entrega mayor satisfacción.
Según la encuesta, un 53% de los chilenos se declara como una persona Muy feliz/ Bastante feliz, estando por debajo del promedio mundial (67%) y poniéndonos sobre Hungría (51%), Argentina (48%) y Turquía (42%).
En el 2020, en el contexto de la pandemia, un 35% de las personas se clasificaron como felices, mientras que a fines del año pasado la cifra aumentó a 53%.
El estudio indica que, a nivel global, el 90% relaciona su nivel de felicidad con la salud física, el 89% con la salud mental, 89% con las condiciones de vida (agua o comida) y el 88% con la seguridad personal.
En tanto en Chile, el factor más decisivo es la salud mental, luego la salud física y en tercer lugar el “sentir que la vida tiene sentido”.
Estas cifras van de la mano con el estudio del Termómetro de la Salud Mental en Chile realizado por UC y ACHS en abril de 2021, que señala que un 23,6% de los chilenos presenta indicios o problemas de salud mental. La mitad aseguró que su situación empeoró como consecuencia de la pandemia.
¿Qué responsabilidad tiene el entorno laboral? ¿Cómo pueden las empresas involucrarse y ayudar a sus trabajadores para prevenir y tratar enfermedades relacionadas con la salud mental?
Las organizaciones necesitan ser parte de la solución y no parte del problema. Por eso es fundamental que sepan identificar factores que puedan causar o contribuir a la enfermedad mental de los trabajadores y tomar acciones para eliminar o minimizar estos riesgos.
Los problemas de salud mental tienen distintas aristas y factores que no siempre están relacionados con las empresas donde trabajan los individuos. Sin embargo, las compañías necesitan involucrarse porque afecta directamente a sus intereses y al bienestar y la productividad de sus colaboradores.
Ofreciendo un espacio para escuchar los problemas de sus trabajadores. La salud mental no es un tema del cual se quiera hablar, ya sea por miedo a sufrir discriminación o simplemente porque los altos cargos optan por ignorar estas situaciones.
Entregar beneficios laborales enfocados en mejorar la calidad de vida de su fuerza laboral, ya sea a través de actividades físicas o incluso permitir que los trabajadores lleven a sus mascotas a la oficina en jornadas establecidas con anterioridad, entre otros.
La inversión dirigida a prevenir, detectar y tratar tempranamente las enfermedades mentales pueden ser rentables y eficaces, produciendo retornos de la inversión inicial a mediano plazo, autofinanciamiento y disminución de los costos en salud.
¿Quieres saber más? Descarga la guía de La Salud Mental en el Lugar de Trabajo orientada a que las empresas desarrollen estrategias para apoyar a los trabajadores con enfermedades mentales y apoyar a quienes las padecen.