¿Las empresas espían a los trabajadores? En tiempos de trabajo híbrido y teletrabajo, son muchas las compañías que están utilizando la tecnología para rastrear y monitorear a sus colaboradores.
Los empleadores pueden monitorear a su equipo laboral para que todos puedan beneficiarse del proceso, pero hay que buscar la forma correcta. Si bien hay desafíos en la gestión laboral — especialmente en el acelerado mundo híbrido al que nos empujó la pandemia—, monitorear de cerca cada minuto puede no ser la mejor solución.
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¿Es la microgestión de los colaboradores una forma legítima de evaluar cuánto y qué tan bien trabajan?
No hay discusión en que las empresas desean que sus colaboradores sean productivos. De hecho, supervisarlos puede beneficiar tanto a estos como a las empresas, pero puede resultar contraproducente si no se hace con cuidado. Porque ojo: la microgestión se refiere a un estilo de liderazgo que implica una supervisión excesiva y una atención obsesiva a los detalles, lo que puede resultar en una falta de confianza en los colaboradores y en una disminución en la motivación y la creatividad.
Algunos colaboradores confiesan que este tipo de microgestión les genera paranoia lo que los hace menos productivos y los inclina a renunciar.
ResumeBuilder encuestó a mil líderes empresariales en empresas con una fuerza laboral principalmente remota o híbrida para averiguar cuántos todavía sienten la necesidad de monitorear a sus colaboradores, y cómo este monitoreo ha afectado la productividad y el desgaste. En ella, un 69 por ciento indicó que sus colaboradores renunciaron porque no querían ser monitoreados.
Si el monitoreo se realiza con un software, se debe hacer de manera ética y respetando la privacidad de las personas. Antes de invertir en tecnología que rastree lo que hacen durante sus horas de trabajo, las empresas deben comprender sus implicaciones y las posibles desventajas de vigilar al equipo.
Falta de privacidad: El monitoreo constante puede hacer que los colaboradores se sientan incómodos y percibir que se está violando su privacidad. También puede afectar su libertad de expresión y su capacidad para realizar su trabajo de manera efectiva, especialmente si el monitoreo se realiza con cámaras web.
Falta de confianza: El monitoreo del lugar de trabajo puede generar desconfianza entre la empresa y el equipo laboral, y crear un ambiente laboral tenso reduciendo la moral de los colaboradores.
Costo y complejidad: Usar una tecnología de software para ver qué hacen los colaboradores requiere invertir en tecnología de vigilancia y la contratación de personal para realizar el monitoreo y la gestión de los datos recopilados.
Errores de interpretación: El monitoreo puede generar información inexacta o malinterpretada. ¿Qué pasa si un colaborador necesita más tiempo en el baño? ¿Necesita dar explicaciones? Esto puede llevar a la toma de decisiones equivocadas o injustas por parte de la gerencia.
Limitación de la creatividad: Al sentirse vigilados constantemente, los colaboradores pueden sentirse presionados y menos inclinados a pensar por sí mismos.
Derecho a la intimidad: El monitoreo puede revelar información confidencial y privada sobre los colaboradores, lo que puede tener consecuencias negativas para ellos. Esto puede incluir detalles médicos, información personal o incluso datos financieros al tomar capturas de pantalla.
En lugar de la microgestión, los líderes tienen que aprender a confiar en sus colaboradores, dándoles libertad para que gestionen su trabajo. Así pueden fomentar un ambiente de trabajo más productivo, colaborativo y motivador para todos.
La evaluación del desempeño de los colaboradores debe basarse en objetivos claros y medibles, que permitan evaluar su rendimiento en relación con los resultados esperados y las responsabilidades asignadas. Esto puede incluir la evaluación de la calidad de su trabajo, su capacidad para cumplir plazos, su eficiencia y su capacidad para trabajar en equipo.
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Utilizar herramientas de seguimiento de proyectos como Trello o Asana, que permitan a los colaboradores compartir información sobre su progreso.
Se debe tener una comunicación regular y abierta con los trabajadores, para que se puedan abordar las preocupaciones y problemas.
Establecer horarios de trabajo claros: De esta manera los colaboradores sabrán cuándo deben estar disponibles y trabajando.
Evaluar el desempeño de manera justa, esto basándose en objetivos claros y medibles y considerando el contexto en el que trabajan.
Se debe informar a los colaboradores que se está utilizando un software de monitoreo y explicar cómo se utilizará y qué información se recopilará. Este tipo de tecnología realiza un seguimiento de casi todo lo que hacen los colaboradores, como por ejemplo la cantidad de pulsaciones de teclas en sus computadores. Puede “castigarlos” por tomar demasiados breaks para ir al baño o penalizarlos por descansar los dedos mientras simplemente piensan.
El monitoreo se debe limitar a la actividad laboral y no debe interferir con la vida privada de los colaboradores. Por ejemplo, no debería utilizarse para monitorear correos electrónicos personales o actividades en línea. Tampoco se debe utilizar para acosar o intimidarlos.
El software utilizado debe ser ético y seguro. Debe cumplir con las leyes de privacidad y no recopilar información personal.
El software no debe ser utilizado como la única forma de evaluar el desempeño de los colaboradores, sino combinado con otros métodos de evaluación, como evaluaciones de desempeño y retroalimentación regular.
En resumen, el monitoreo de los colaboradores se debe realizar de manera ética y respetando su privacidad.